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lunes, 29 de julio de 2013

Apellido y Parentesco



Apellidos. De acuerdo a la Real Academia Española de la lengua, la mejor aceptación de apellido es el nombre de familia con que se distinguen las personas. 

La función del apellido es servir de complemento al nombre de pila pare evitar confusiones, ya que es evidente que la  repetición de los nombres de pila hizo necesario el uso de un Segundo nombre para distinguir a individuos con el mismo nombre de bautizo.

La fijación de los apellidos empieza con la difusión del uso de documentación legal y notarial a partir de la Edad Media.

Los notarios y escribanos medievales empezaron a tomar la costumbre de hacer constar, junto al nombre de pila de los interesados, el nombre de su padre, su apodo o sobrenombre, profesión, titulo o procedencia.

Inicialmente solo se hallan documentados los casos de cargos eclesiásticos o de personajes de la alta sociedad; posteriormente el uso de de documentos notariales o parroquiales se extiende al resto de la población, lo que terminará reforzando el uso de un distintivo que, añadido al nombre pila, acabaría por convertirse en lo que hoy es el apellido hereditario.
 


Parentescos. Vínculo que une a las personas descendientes unas de las otras o de un tronco común (parentesco directo), también a aquellas enlazadas por medio de una unión o matrimonio (parentesco político) o por medio de una adopción.