Otra de las curiosidades observadas, en la sección de nacimientos, es que inicialmente la mayoría de los padres solían hacer mención de los abuelos del registrado sin lo cual, dada la alta frecuencia con que se repetían las combinaciones de nombres y apellidos, sería una tarea muy difícil ubicarlos en la familia correspondiente; pero ésto cambió entre 1914 y 1917 coincidiendo con el periódo quizás más cruento de la guerra revolucionaria en la que estaba sumergida el país. En ese período los padres dejaron de mencionar a los abuelos del registrado y entre en los años de 1915 y 1916 no hubo registros ya que el servicio se había suspendido.
Afortunadamente poco a poco el proceso de revirtió y para 1919 ya se volvía a tener mención de los abuelos aunque ya no con el lujo de detalle que se hacía con anterioridad o bien no completos.
Yo recuerdo que mi abuelita me contaba que "cuando niña cada vez que llegaban las huestes de Francisco Villa, sus padres escondían a las niñas y mujeres jovenes en los establos con los animales o en cuevas, o donde se pudiera, para que no fueran encontradas por los revolucionarios porque se las llevaban a ellas, además de la comida".
Quizás ese era el escenario que se presentó en el período antes mencionado y de ahí la suspensión de servicos públicos.
En la escuela me mostraron a los revolucionarios como heroes, ahora bajo el contexto anterior los veo como la combinación humana de héroe y villano al mismo tiempo y quizás en la mayoría de los casos más de lo último porque la historia la escriben los que ganan las guerras y la mayoría de las veces a su conveniencia.